La escritura emocional
Según diversos autores, escribir 20 minutos al día sobre lo que nos ocurre o ha ocurrido nos puede ayudar a mantener nuestra salud mental e incluso ayudar a nuestro cuerpo a mantener un funcionamiento óptimo a nivel fisiológico. La escritura nos permite plasmar y desarrollar nuestra imaginación, pero también nos da la oportunidad de expresarnos mediante las emociones o los pensamientos. Podemos conocernos mejor, o la podemos utilizar para encontrar soluciones a problemas que debemos gestionar.
Este tipo de escritura se llama ESCRITURA EMOCIONAL, y mediante ella podemos explorar nuestro interior para llegar a un mejor conocimiento de nosotros mismos. Debe ser personal, una narración de nuestras experiencias y de lo que han provocado en nuestro interior, y debe ser libre, ya que nadie va a leer lo que escribamos, y si no escribimos todo lo que pensamos no podremos beneficiarnos de ella.
La escritura emocional, también llamada “diario emocional” nos proporciona una mayor capacidad para identificar y reestructurar nuestros propios sentimientos, pensamientos, conductas y contextos. En este diario podremos escribir como nos hemos sentido a lo largo del día y nos ayuda no solo en el plano psicológico si no que también se experimentan beneficios fisiológicos. Escribir es una ocupación que nos incita a reflexionar y nos acerca a un estado más meditativo.
Nos permite conectar con nuestra parte más profunda y nos acerca a un lugar emocional que nos puede resultar menos conocido. El hecho de incluir este hábito en nuestra rutina diaria puede mejorar nuestra memoria, nos ayuda a relajarnos, podemos expresar en el papel nuestros pensamientos, como nos sentimos cuando no es posible hacerlo verbalmente y además no es necesario tener
ninguna habilidad o virtuosismo narrativo para realizarlo.
Es una herramienta que tenemos disponible en todo momento, pues solo necesitamos un papel y un lápiz para ejecutarla. El concepto de escritura emocional fue introducida por primera vez por el psicólogo Ira
Progoff, discípulo de Carl Jung, que en 1960 creó el «Método Intensivo Diario», un sistema de auto-exploración y expresión mediante la escritura continuada y regular en un diario. Desde entonces muchos psicólogos han ido utilizando la escritura emocional para ayudarse en las sesiones de terapia, sobre todo proponiendo a sus pacientes que en casa realicen ciertas reflexiones por escrito.
Beneficios
La escritura emocional nos permite ver lo que está sucediendo interna y externamente desde otra perspectiva y alcanzar una mayor comprensión de nosotros mismos y de nuestro mundo. Constantemente nos encontramos con el aforismos de saber aconsejar a nuestros seres queridos y amigos pero al mismo tiempo no saber aplicar esos consejos o beneficios a nuestras propias problemáticas o vivencias personales.
La escritura emocional puede proporcionarnos esa óptica y ese posicionamiento más alejado de nuestra perspectiva y poder así reelaborar y hacer un análisis mas objetivo de lo que nos pasa. La evidencia científica que se tiene acerca de los beneficios de esta técnicas es amplia
Los beneficios de la escritura emocional son:
- La reducción de la ansiedad y el estrés.
- Ayuda a superar la depresión
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Procesos de duelo o pérdida
- Relaciones interpersonales y habilidades sociales
- Mejora del estado de ánimo en personas con poca autoestima.
- Autorregulación emocional.
- Mejora del funcionamiento del sistema inmunológico.
- Autoconocimiento y autocomprensión.
- Observación de nuestros miedos, posibles traumas y conflictos internos y posible reconciliación con ellos.
- Progreso en la búsqueda de soluciones a problemas.
Además, la escritura nos permite comunicarnos mejor, ya que escribiendo buscamos expresiones más complejas que cuando hablamos, lo que nutre nuestra comunicación. La escritura también nos permite aprender más, ya que nos ayuda a consolidar los conocimientos que vamos adquiriendo y evita que se nos olviden como podría pasar en caso de solo escucharlo o leerlo.
La escritura nos permite analizar las cosas que nos pasan de una manera más clara al no ser algo tan fugaz como un pensamiento. Además, nos permite ver desde fuera esos pensamientos y tomar una perspectiva diferente de ellos. Muchos pacientes, al releer lo escrito, entienden que sus pensamientos no son tan malos como lo sentían en otro momento, o que algún pensamiento que les surgía de vez en cuando no era real. La escritura emocional nos permite tomar la distancia necesaria como para distraer la atención hacia otro lado y centrarnos en lo verdaderamente importante, algo que a veces no vemos por que aparecen en nosotros pensamientos una y otra vez que distraen nuestra atención.
Al unir los dos hemisferios cerebrales en una misma tarea (el hemisferio derecho se encarga de la parte creativa y de las emociones y el izquierdo de la parte más racional), se refuerza el equilibrio emocional y podemos comprender nuestro sentimientos y pensamientos y mantenerlos controlados. Con la escritura emocional podemos estabilizar nuestro estado emocional y relajarnos en momentos de crisis , estrés o ansiedad.
La escritura manual
Como dato interesante podemos destacar que la escritura a mano nos permite memorizar y aprender mejor que si no escribiéramos. Al escribir más lentos con la escritura a mano, podemos pensar más claro y reflexionar más sobre lo que queremos decir. Ejercitamos tanto la mente como el movimiento, lo que aumenta nuestro rendimiento mental y, a la larga, podemos prevenir la aparición de diferentes tipos de demencia o deterioro cognitivo.
Aunque resulte recomendable escribir a mano por los beneficios que nos reporta, a la hora de expresarnos y utilizar la escritura emocional como algo terapéutico, podemos utilizar ambas. Sí es verdad que la escritura manual nos puede permitir centrarnos más en lo que queremos plasmar y reflexionar más sobre nuestras emociones y nuestros pensamientos, pero los beneficios de la escritura se dan tanto en la escritura a mano como en teclado.
La importancia de la expresión de las emociones
Es importante liberar nuestros pensamientos, emociones y sentimientos de manera habitual, y más aún en momentos en los que es difícil expresarlos hacia fuera por no tener a nuestras personas de confianza cerca, no poder acudir a un especialista que nos ayude a gestionarlos en un momento dado, o por acumulación a lo largo del tiempo de emociones de las que no hemos sido conscientes por diversos motivos y que, en momentos concretos, vuelven a aparecer en nuestra mente. Reprimirlos puede provocar malestar con uno mismo, ansiedad, desasosiego, tristeza o irritabilidad, además de problemas físicos como dolores de cabeza, enfermedades cardiovasculares o debilitación del sistema inmune. Además, las relaciones interpersonales pueden deteriorarse por gestionar mal estas emociones al no saber cómo gestionarlas en esos momentos.
En muchas ocasiones, puede que el psicoterapeuta, dentro de la terapia psicológica, anime al paciente a utilizar la escritura emocional para expresar sus pensamientos o emociones, creando un diario, por ejemplo. De esta manera, el paciente puede conectarse más con la terapia que se realiza habitualmente de manera semanal, y tener la oportunidad de sentirse más implicado en ella al mantener la actividad en casa. La persona tiene mayor facilidad para expresar sus emociones mediante la escritura y las puede registrar en el momento en el que aparezcan de manera más clara de lo que pudiera expresar pasados los días en la sesión psicológica. El también puede beneficiarse de la escritura emocional para conocer más información sobre el paciente que, de otra manera, le sería muy difícil conocer.
Los registros o textos escritos por el paciente contienen información de primera mano, en el momento preciso y, en algunas ocasiones, con directrices del psicoterapeuta para conseguir la información importante según el paciente.
¿Qué podemos mejorar mediante la escritura?
La escritura terapéutica también se puede utilizar para reforzar la autoestima, conocerse más a uno mismo, elaborar los duelos, organizar objetivos y metas personales, potenciar las habilidades sociales, proyectar el futuro e incluso para acceder a información de nuestro inconsciente que nos es difícil conocer. La escritura mejora la ansiedad, el insomnio, la depresión, etc., siempre y cuando sea guiada por un profesional en psicología. Cuando se escriben traumas personales, se reduce el estrés que puede estar produciendo y mejora el sistema inmune, según algunos estudios.
La escritura nos ayuda a reinterpretarnos a nosotros mismos, ya que podemos cambiar la forma de expresar nuestro interior y entendernos. Podemos darle un nuevo sentido a nuestra historia y a nuestra existencia. El hecho de que tengamos que pensar más lentamente por obligación con la escritura, hace que podamos reflexionar más a fondo sobre nosotros mismos y descubrir cosas en nuestro interior que quizá antes no sabíamos de que estaban ahí. La gestión de nuestras emociones también puede ser mejor por la escritura gracias a poder expresarlas y reflexionarlas en profundidad.
¿Que dicen los estudios sobre la escritura emocional?
Diversos estudios han demostrado que personas que han experimentado algún suceso o vivencia traumática y estresante mejoran su estado de ánimo al escribir durante 15 minutos su diario emocional (Baikie & Wilhelm, 2005). Esta mejoría es estable a lo largo del tiempo.
Otros estudios concluyen que pacientes afectados de asma y artritis, que utilizaron la escritura emocional sobre las vivencias más traumáticas de sus vidas, experimentaron una notoria mejora en la evaluación de su enfermedad (Smyth, Stone, Hurewitz, & Kaell, 1999). Un estudio realizado en la Southern Methodist University demostró que practicar la escritura emocional era eficaz para afrontar los problemas, pues las personas que habían sido despedidas del trabajo y que escribían sobre sus sentimientos y emociones, se reponían más rápido que el resto. Además, más de un 25% de las personas que habían practicado la escritura emocional consiguieron un nuevo empleo.
Otro estudio reciente sugiere que este tipo de escritura puede incluso mejorar el sistema inmunitario, aunque, en este caso, la práctica debe mantenerse de forma más constante (Murray, 2002).
¿Como iniciarme a la escritura emocional?
A la hora de empezar a incluir la técnica de la escritura emocional en nuestra rutina diaria tenemos que tener en cuenta diversos aspectos que pueden ayudarnos a hacerlo de manera correcta para poder sacarle el máximo partido e intentar obtener los máximos beneficios posibles. Si queremos introducirnos en el mundo de la escritura emocional lo podemos hacer de la mano de nuestro terapeuta y que él o ella nos guíe en el proceso pero también podemos introducirnos por nosotros mismos.
A continuación os presentamos algunos consejos para hacerlo. Escoge muy bien el formato de escritura que mas se adapte a ti y en el que te sientas mas cómodo (carta, diario, e-mail, libreta, maquina de escribir, ordenador, blog) de esta manera encontrarás mayor motivación a la hora de hacerlo. También es importante que nos propongamos hacerlo diariamente buscando en el día un espacio de tiempo en el que vayamos a poder escribir 15/ 20 minutos sin prisa, así crearemos un hábito y la técnica será mas efectiva. Puedes empezar a escribir por qué has decidido empezar a escribir, muchas veces nos sentamos ante el papel por primera vez y no sabemos muy bien qué apuntar, esta puede ser una manera muy intuitiva de empezar a hacerlo.
No te preocupes por la temática sobre la que escribas ya que estás empezando a autoexplorarte y es un proceso al cual no estás habituado y que irás perfeccionando con el paso del tiempo. Tampoco te preocupes por la cantidad de palabras o frases que escribas. Recuerda que no se trata de escribir “bien”en un sentido formal, si no de apuntar lo que para ti tiene sentido y de que la escritura fluya de manera natural. Al principio resultará difícil ya que podemos perder la motivación y estaremos expuestos a sentimientos, pensamientos y eventos desagradables, pero si conseguimos continuar consistentemente en el tiempo empezaremos a experimentar beneficios y cambios muy positivos.
Ejercicios y formatos de la escritura emocional
Vamos a proponer algunos ejercicios y formatos diferentes para empezar a escribir emocionalmente: