Analítica hemograma completo Madrid

Los valores normales de un hemograma varían dependiendo de factores como edad, sexo y las condiciones particulares de cada persona, pero existen rangos para las principales variables que se miden en esta analítica.

Glóbulos rojos: Su cantidad oscila entre 4.5 y 5.9 millones por microlitro (μL) en hombres, en mujeres es ligeramente menor, situándose entre 4.1 y 5.1 millones por μL; en niños, los valores suelen estar entre 4.1 y 5.5 millones por μL.

Hemoglobina: Es la proteína encargada de transportar oxígeno, tiene valores que van de 13.5 a 17.5 gramos por decilitro (g/dL) en hombres, de 12 a 15.5 g/dL en mujeres, y entre 11.0 y 15.5 g/dL en niños.

Hematocrito: Refleja el porcentaje de volumen de sangre ocupado por los glóbulos rojos, se encuentra entre el 41% y el 50% en hombres, y entre el 36% y el 44% en mujeres, en niños este valor varía entre el 36% y el 44%.

Leucocitos o glóbulos blancos: su número en sangre debe estar en el rango de 4,500 a 11,000 por μL en adultos, y de 5,000 a 15,000 por μL en niños. Las plaquetas, que intervienen en la coagulación, tienen valores normales entre 150,000 y 450,000 por μL de sangre en adultos, y entre 150,000 y 400,000 por μL en niños. Estos valores pueden variar ligeramente según el laboratorio que realice la prueba y las condiciones específicas del paciente.

Un hemograma puede ayudar a detectar una amplia variedad de enfermedades y condiciones de salud, algunas de las más comunes son:

Anemia: Se detecta a través de bajos niveles de hemoglobina, hematocrito y recuento de glóbulos rojos. Existen diferentes tipos de anemia, como la anemia ferropénica, la anemia perniciosa y la anemia aplásica.

Infecciones: Un aumento en el recuento de glóbulos blancos puede indicar una infección bacteriana, viral, fúngica o parasitaria.

Leucemia: Se caracteriza por una producción anormal de glóbulos blancos. Un hemograma puede mostrar un recuento extremadamente alto o bajo de glóbulos blancos y la presencia de células inmaduras en la sangre.

Trombocitopenia: Un recuento bajo de plaquetas, que puede llevar a problemas de coagulación y sangrado excesivo. Puede ser causado por trastornos de la médula ósea, infecciones virales, enfermedades autoinmunes, entre otras.

Trombocitosis: Un recuento alto de plaquetas, lo que puede aumentar el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Puede ser reactiva (debido a inflamación o infección) o primaria (por un trastorno de la médula ósea).

Desórdenes de la médula ósea: Incluyen condiciones como la mielofibrosis y la aplasia medular, que afectan la producción de células sanguíneas.

Enfermedades autoinmunes: Algunos desórdenes autoinmunes, como el lupus y la artritis reumatoide, pueden causar anomalías en los recuentos de células sanguíneas.

Trastornos de la hemoglobina: Incluyen enfermedades como la talasemia y la anemia drepanocítica (anemia de células falciformes), que afectan la forma y función de los glóbulos rojos.

Policitemia: Un recuento elevado de glóbulos rojos, que puede ser causado por condiciones como la policitemia vera o enfermedades pulmonares crónicas.

Deshidratación: Puede causar un aumento aparente en el hematocrito y el recuento de glóbulos rojos debido a la reducción del volumen plasmático.

Enfermedades inflamatorias y crónicas: Condiciones como la enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis pueden causar cambios en los recuentos de glóbulos blancos y otros parámetros del hemograma.

Estas son solo algunas de las muchas condiciones que un hemograma puede ayudar a identificar. El hemograma proporciona una visión general de la salud del paciente y ayuda a dirigir diagnósticos y tratamientos adicionales.

El tiempo que se tarda en hacer un hemograma puede variar dependiendo del laboratorio y la disponibilidad de equipos. En general, el proceso de análisis en sí no toma mucho tiempo, usualmente unos pocos minutos.

Sin embargo, el tiempo total que lleva obtener los resultados puede ser de unas pocas horas hasta uno o dos días, dependiendo de la carga de trabajo del laboratorio y si se requiere algún análisis adicional.

En muchos casos, los resultados del hemograma pueden estar disponibles en el mismo día, especialmente si es un laboratorio con capacidad para análisis rápidos.

En situaciones urgentes, como en pacientes hospitalizados, los resultados pueden estar disponibles en una hora o menos.

La extracción de sangre suele ser realizada por personal de salud entrenado, como enfermeras, técnicos de laboratorio o técnicos en enfermería. Estos profesionales están capacitados para realizar la extracción de sangre de manera segura y eficiente, siguiendo procedimientos estandarizados para minimizar molestias y asegurar la calidad de la muestra.

Por otra parte, el análisis de hemograma es realizado por técnicos de laboratorio o tecnólogos médicos  especializados en hematología. Estos profesionales de laboratorio están entrenados para procesar muestras de sangre, realizar los análisis necesarios y obtener los resultados precisos que luego serán interpretados por médicos o especialistas en hematología.

El tiempo que se tarda en realizar un hemograma completo depende principalmente del laboratorio en donde el paciente se realice la prueba y de la tecnología que se utilice para el análisis. En términos generales, el procedimiento completo es bastante eficiente. Desde el momento en que se extrae la muestra de sangre, un proceso que solo dura unos minutos, la muestra pasa por varias etapas de análisis.

Primero, se lleva a cabo la separación de los diferentes componentes de la sangre, un paso que puede tomar un breve intervalo de tiempo.

Luego, la muestra se introduce en un equipo automatizado que se encarga de analizar los diversos parámetros del hemograma, incluyendo el conteo de glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas, así como los niveles de hemoglobina.

Estos equipos están diseñados para entregar resultados preliminares en cuestión de minutos. En muchos laboratorios, es posible recibir los resultados finales en un plazo que va de una a tres horas desde la toma de muestra, aunque este tiempo puede variar dependiendo de la carga de trabajo y la eficiencia del laboratorio.

En situaciones de urgencia, los resultados de un hemograma completo pueden estar disponibles en un tiempo aún más reducido, mientras que, en otros casos, el informe completo puede demorar hasta un día entero en estar listo para su entrega.

En la mayoría de los casos no es estrictamente necesario ir en ayunas para un hemograma. El hemograma es un análisis de sangre que mide componentes básicos y fundamentales, como los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, estos componentes generalmente no se ven directamente afectados por la ingesta reciente de alimentos.

Sin embargo, algunos médicos pueden recomendar el ayuno si el hemograma es parte de un panel de pruebas más amplio que incluye otros análisis adicionales.  Por ejemplo, si también se va a realizar la medición de glucosa en sangre o el análisis de lípidos, estos estudios sí requieren un periodo de ayuno previo para asegurar que los resultados sean precisos y fiables. En estos casos, se suele recomendar no comer ni beber nada, excepto agua, durante un intervalo de entre 8 y 12 horas antes de la prueba. Si el hemograma es el único análisis que se va a llevar a cabo, normalmente no se requiere seguir esta indicación de ayuno.

De todas formas, es esencial seguir las recomendaciones específicas proporcionadas por el especialista o el laboratorio que realizará la prueba, ya que estas recomendaciones pueden variar dependiendo de la naturaleza y el alcance de la evaluación que se va a realizar.

Un hemograma completo no está diseñado específicamente para detectar problemas hepáticos de manera directa, pero puede ofrecer pistas sobre posibles alteraciones en el funcionamiento del hígado. El hígado tiene un papel crucial en la producción de ciertos componentes de la sangre, como las proteínas que participan en la coagulación y en la regulación de glóbulos rojos y plaquetas. Si el hígado no está funcionando correctamente, es posible que estos elementos en la sangre se vean afectados.

Por ejemplo, en algunas enfermedades hepáticas, se puede observar una disminución en el número de plaquetas, lo que podría ser detectado en un hemograma completo. Ciertos tipos de anemia, como la anemia ferropénica o anemia megaloblástica, también pueden estar asociadas con enfermedades hepáticas avanzadas. Los resultados de un hemograma pueden sugerir la necesidad de realizar estudios adicionales y más específicos, como pruebas de función hepática.

Estas pruebas miden enzimas y proteínas directamente relacionadas con el funcionamiento y la salud del hígado. Es importante que cualquier irregularidad detectada en el hemograma sea revisada y evaluada por un médico, quien determinará si es necesario realizar análisis adicionales para examinar la salud del hígado y su funcionamiento.