Análisis de sangre perfil hepático en Madrid
Analítica de sangre para el hígado inflamado
La analítica del perfil hepático es una prueba de laboratorio que mide diferentes enzimas, proteínas y sustancias producidas o procesadas por el hígado. Esta analítica se realiza a través de una muestra de sangre y proporciona información esencial sobre el estado y el funcionamiento del hígado.
Sirve para diagnosticar y monitorear enfermedades hepáticas, tales como la hepatitis, cirrosis, y daños hepáticos causados por el consumo excesivo de alcohol o medicamentos. Además, puede detectar obstrucciones biliares y evaluar la efectividad de tratamientos en pacientes con afecciones hepáticas crónicas.
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¿Debo acudir en ayunas para hacerme la analítica de perfil hepático?
Es recomendable acudir en ayunas para hacerse una analítica de perfil hepático. El ayuno, generalmente de 8 a 12 horas, asegura que los niveles de las sustancias medidas no estén alterados, evitar que se afecten los resultados de la prueba y proporcionar una evaluación más precisa del funcionamiento del hígado.
Durante el ayuno, solo se permite consumir agua, recuerda seguir las instrucciones que te indique el medico especialista.
¿Qué valores se analizan en un perfil hepático?
- Bilirrubina
- Albumina
- Proteína total
- Alanina transaminasa
- Aspartato aminotransferasa
- Gamma-glutamil transferasa
- Tiempo de protrombina:
- Fosfatasa alcalina
- Lactato deshidrogenasa
Precio análisis de sangre hígado. Perfil hepático
1 Analitica
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Cita previa
¿Cuales son los síntomas de tener el hígado inflamado?
Los síntomas de tener el hígado inflamado, o hepatitis, pueden variar en severidad y pueden incluir:
– Fatiga
– Dolor abdominal
– Ictericia o coloración amarillenta de la piel y los ojos
– Heces pálidas
– Orina oscura
– Náuseas y vómitos
– Pérdida de apetito
– Hinchazón abdominal
– Moretones fáciles
– Picazón en la piel
¿La analítica puede detectar enfermedades hepáticas?
Esta prueba mide varios parámetros relacionados con la función y la salud del hígado, puede ayudar a diagnosticar y monitorear diversas enfermedades hepáticas, como hepatitis, cirrosis, hígado graso, y obstrucción de los conductos biliares.
Además, puede ser útil para evaluar la efectividad de tratamientos en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas.
¿Que valores de la analítica indican cirrosis?
En la analítica del perfil hepático, ciertos valores pueden sugerir la presencia de cirrosis. Los resultados que podrían indicar cirrosis incluyen:
– Transaminasas (ALT y AST)
– Fosfatasa alcalina (ALP)
– Bilirrubina
– Albúmina
– Proteínas totales
– Gama-glutamiltransferasa (GGT)
– Tiempo de protrombina (PT)
– Plaquetas
Además de estos parámetros, otros marcadores y pruebas adicionales, como la ecografía hepática, elastografía (FibroScan), y biopsia hepática, pueden ser necesarios para confirmar el diagnóstico de cirrosis y evaluar su gravedad.
¿Cuáles son los causantes del daño al hígado?
El daño al hígado puede ser causado por una variedad de factores, algunos son:
Infecciones virales: Hepatitis B, hepatitis C y hepatitis D son infecciones virales que pueden llevar a daño hepático crónico, cirrosis y cáncer de hígado.
Consumo excesivo de alcohol: El consumo prolongado y excesivo de alcohol puede causar hepatitis alcohólica, hígado graso alcohólico y cirrosis.
Enfermedades hepáticas no alcohólicas: El hígado graso no alcohólico (NAFLD) y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) son condiciones relacionadas con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
Medicamentos y toxinas: Algunos medicamentos (como el paracetamol en dosis altas), suplementos herbales y toxinas pueden causar daño hepático.
Enfermedades autoinmunes: La hepatitis autoinmune, la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante primaria son enfermedades en las que el sistema inmunitario ataca las células hepáticas o los conductos biliares.
Trastornos genéticos: Enfermedades hereditarias como la hemocromatosis (acumulación de hierro), la enfermedad de Wilson (acumulación de cobre) y el déficit de alfa-1 antitripsina pueden causar daño hepático.
Infecciones bacterianas y parasitarias: Infecciones como la esquistosomiasis y la fiebre tifoidea pueden afectar el hígado.
Cáncer de hígado: El carcinoma hepatocelular es una forma de cáncer que puede desarrollarse en el hígado.
Obstrucción de los conductos biliares: Condiciones como los cálculos biliares o los tumores pueden bloquear los conductos biliares y causar daño hepático.
Trastornos metabólicos: Algunas enfermedades metabólicas, como la enfermedad de almacenamiento de glucógeno, pueden afectar el hígado.
Dieta y estilo de vida: Dietas ricas en grasas y azúcares, junto con un estilo de vida sedentario, pueden contribuir al desarrollo de enfermedad hepática grasa no alcohólica.
¿Que pasa cuando las enzimas hepáticas estan elevadas?
Cuando las enzimas hepáticas están elevadas, puede ser un indicio de daño o inflamación en el hígado. Veamos qué significa la elevación de cada una de las principales enzimas hepáticas que suelen medirse en un análisis de sangre:
Alanina aminotransferasa (ALT): Una elevación de ALT generalmente indica daño hepático. Esta enzima se encuentra principalmente en el hígado, por lo que niveles elevados suelen ser específicos de problemas hepáticos, como hepatitis viral, hígado graso no alcohólico, daño hepático inducido por medicamentos o alcohol, y cirrosis.
Aspartato aminotransferasa (AST): Aunque AST también se encuentra en el hígado, se halla en otros tejidos como el corazón y los músculos. Elevaciones de AST pueden indicar daño hepático, pero también pueden estar relacionadas con problemas en otros órganos. Una relación AST/ALT mayor a 1 puede sugerir daño hepático crónico o cirrosis.
Fosfatasa alcalina (ALP): La ALP se encuentra en el hígado, los conductos biliares y los huesos. Niveles elevados pueden indicar obstrucción biliar, colestasis (reducción o interrupción del flujo de bilis), enfermedades hepáticas como cirrosis o hepatitis, o problemas óseos.
Bilirrubina: Los niveles elevados de bilirrubina en la sangre pueden indicar problemas en la función hepática o bloqueos en los conductos biliares, lo que puede llevar a ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). Esto puede ser causado por hepatitis, cirrosis, cálculos biliares o tumores.
Gamma-glutamiltransferasa (GGT): Niveles elevados pueden acompañar a las elevaciones de ALP en caso de obstrucción biliar.
Tiempo de protrombina (PT): Un tiempo de protrombina prolongado puede indicar problemas en la producción de factores de coagulación por el hígado, lo que sugiere un daño hepático significativo o avanzado, como en la cirrosis. Un PT prolongado también puede ser indicativo de una deficiencia de vitamina K o del uso de anticoagulantes.
Plaquetas: Un recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia) puede ser un signo de daño hepático crónico, como en la cirrosis. Esto puede deberse a varios factores, como el hiperesplenismo (aumento del tamaño del bazo) o una disminución en la producción de plaquetas. La trombocitopenia puede aumentar el riesgo de sangrado.
Elevaciones en estas enzimas pueden ser transitorias o persistentes y pueden deberse a causas benignas o más serias. Dependiendo de los resultados de la analítica y la historia clínica del paciente, el especialista puede recomendar pruebas adicionales, como ecografías, tomografías, resonancias magnéticas, o incluso biopsias hepáticas, para determinar la causa exacta del daño hepático y planificar el tratamiento adecuado.
¿Qué alimentos son buenos para el hígado?
Una dieta saludable para el hígado incluye una variedad de alimentos que ayudan a mantener su función óptima.
incluye frutas como cítricos, bayas y aguacates, verduras como espinacas y remolachas, granos enteros como avena y arroz integral, proteínas magras como pescado y aves, nueces y semillas como nueces y semillas de chía, legumbres como lentejas y garbanzos, aceites saludables como el aceite de oliva, hierbas y especias como el ajo y la cúrcuma, y té verde.
¿El análisis de sangre puede detectar hígado graso?
La analítica del perfil hepático puede proporcionar indicios sobre la presencia de hígado graso, aunque no es la prueba específica para su diagnóstico. Generalmente, los niveles elevados de transaminasas (ALT y AST) pueden sugerir la presencia de hígado graso. Además, otros marcadores como la gamma- glutamiltransferasa (GGT) y la fosfatasa alcalina (ALP) también pueden estar elevados en casos más avanzados o en presencia de inflamación asociada.
Para confirmar el diagnóstico de hígado graso, es común realizar una ecografía abdominal o una elastografía hepática (FibroScan), que pueden detectar la acumulación de grasa en el hígado y evaluar su gravedad.
Estas pruebas junto con la analítica hepática son útiles para el diagnóstico y seguimiento del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y su forma más grave, la esteatohepatitis no alcohólica (NASH).
¿Algún medicamento puede causar daño al hígado?
Hay varios medicamentos que pueden causar daño al hígado, algunos son:
Paracetamol (acetaminofén)
Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Como ibuprofeno y diclofenaco, especialmente con el uso prolongado y en dosis altas.
Antibióticos: Como la amoxicilina-clavulánico
Estatinas: Utilizadas para controlar el colesterol alto
Anticonvulsivantes: Como el ácido valproico y la fenitoína
Medicamentos para el tratamiento del cáncer
Es crucial seguir las recomendaciones médicas y las instrucciones de dosificación al tomar cualquier medicamento para evitar el riesgo de daño hepático.
Siempre es aconsejable consultar con un especialista si se experimentan síntomas como náuseas, vómitos, ictericia (coloración amarillenta de la piel), fatiga persistente o dolor abdominal mientras se toman medicamentos.
¿Qué valores de la analítica indican hígado graso?
En una analítica de sangre, varios valores pueden sugerir la presencia de hígado graso, una condición médica también conocida como esteatosis hepática. Entre los indicadores más comunes están los niveles elevados de enzimas hepáticas, como la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST), que pueden señalar inflamación o daño en el hígado, problemas frecuentemente asociados con el hígado graso.
Además, un incremento en los niveles de gamma-glutamil transpeptidasa (GGT) puede indicar problemas hepáticos adicionales. Aunque estos marcadores no son exclusivos del hígado graso y pueden estar elevados en otras condiciones hepáticas, su elevación puede ser significativa en el contexto adecuado. La presencia de niveles elevados de colesterol y triglicéridos en el análisis lipídico también puede estar vinculada con el hígado graso, ya que estos lípidos en exceso son una característica común de la enfermedad.
La interpretación de estos resultados debe hacerse en el contexto de una evaluación clínica completa, y es fundamental realizar pruebas adicionales, como ecografías u otras técnicas de imagen, para confirmar el diagnóstico y planificar el tratamiento más adecuado para la condición identificada.
Diferencias entre dolor de hígado o vesícula
El dolor asociado con problemas del hígado o por afecciones de la vesícula biliar pueden parecer similares, pero presentan características distintas que los diferencian. El dolor relacionado con problemas hepáticos, como hepatitis, hígado graso o cirrosis, suele manifestarse como una molestia difusa y sorda en la parte superior derecha del abdomen.
Este tipo de dolor puede irradiar hacia la parte superior derecha de la espalda o el hombro derecho, y a menudo es menos agudo pero constante. Por otro lado, el dolor proveniente de la vesícula biliar, que frecuentemente está asociado con cálculos biliares, colecistitis o inflamación de la vesícula, tiende a ser más agudo y localizado en el cuadrante superior derecho del abdomen. Este dolor suele describirse como intenso y espasmódico, y puede intensificarse después de consumir comidas ricas en grasas.
Además, el dolor de la vesícula puede irradiar hacia el hombro derecho o la parte superior de la espalda. En términos de duración e intensidad, el dolor de la vesícula suele ser más episódico y puede ser desencadenado por ciertos alimentos, mientras que el dolor hepático tiende a ser más constante y menos asociado con la ingesta de alimentos específicos. Si experimentas dolor abdominal persistente o recurrente, consulta a un especialista para una evaluación exhaustiva
y un diagnóstico.
¿Pueden salir manchas en el hígado?
Sí, es posible que aparezcan manchas en el hígado, las cuales generalmente se refieren a alteraciones visibles en este órgano debido a diversas condiciones médicas. Estas manchas pueden ser detectadas mediante estudios de imagen como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, que permiten visualizar el hígado y evaluar cualquier anomalía.
Las manchas en el hígado pueden ser indicativas de varias afecciones, como depósitos de grasa en el hígado, también conocidos como esteatosis hepática, hemangiomas, que son tumores benignos formados por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos, o lesiones asociadas con hepatitis crónica y cirrosis. Las manchas también pueden aparecer por la presencia de tumores en el hígado, benignos o malignos.
No obstante, la aparición de estas manchas en las imágenes no siempre significa que haya un problema grave; en ocasiones, pueden ser hallazgos incidentales que no tienen implicaciones clínicas importantes pero que requieren un seguimiento adecuado para asegurar que no se desarrollen problemas más serios.
Es crucial llevar a cabo una evaluación médica para identificar la causa de estas manchas y recibir el tratamiento apropiado si se considera necesario, para abordar la condición de manera efectiva y prevenir complicaciones.
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